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July 22, 2002

Posted by Tindriel in Trabajo.
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12.30

La pasada semana fue algo dura, en cuanto a trabajo se refiere. Afortunadamente ya pasó, y en mi recuerdo sólo quedan los buenos momentos (intento olvidar que el sábado madrugué para trabajar, aunque luego no hiciera nada).

Me gusta mi trabajo, aunque en ocasiones me obligue a estar pendiente del mundo 24 horas al día. Puede llegar a ser agotador, pero te hace estar alerta, con los cinco sentidos despiertos, dispuestos a saltar sobre cualquier novedad. Otro punto a favor es que te obliga a ser crítico, no sólo con los demás, sino también contigo mismo. Sé que hay compañeros de profesión que no lo hacen, pero cada vez que escribo una historia la releo, y me obligo a preguntarme a mí misma por qué escribo lo que escribo. Por qué uso determinadas expresiones, o doy más importancia a ciertas partes de la información. Siempre intento preguntarme si lo que hago es por el “bien” de los lectores, o si hay algún interés personal en sacar a la luz las cosas. No creo en la objetividad absoluta, y tampoco tengo claro si es buena para el lector. Pero hay algo que sí tengo claro, estoy completamente en contra del “paternalismo” en la información. No me creo con mayor capacidad de análisis o de entendimiento que los lectores, así que siempre abogo por presentar los hechos, y que cada uno saque sus conclusiones.

No soy nadie para decir qué hay que pensar y sobre qué. Intento presentar las cosas lo más fielmente a la veracidada que se pueda. Intento tratar a los lectores como personas inteligentes, que saben sacar sus propias conclusiones. No me gusta la información que encubre opinión. Si se opina sobre algo hay que explicitarlo de alguna forma. Que el lector no tome por “hecho” algo que es absolutamente personal e intransferible. No hay dos personas que opinen exactamente igual de un mismo tema, siempre hay matices, y eso hay que tenerlo en cuenta.

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