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Puzzle May 9, 2007

Posted by Tindriel in Yo soy yo.
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Un día cualquiera, en tu casa. Ilusionada, retiras el plástico transparente que recubre la caja. Una caja blanca, sin más señas. Sin ninguna foto en el frontal y sin instrucciones. Con cuidado, retiras la tapa, y ahí están. Las piezas del puzzle. Pasas tus dedos sobre ellas, las separas. Admiras los colores, las pequeñas formas, y disfrutas con la promesa de un hermoso resultado final. Poco a poco sacas las piezas, agrupándolas según tamaños, formas, colores. Y empiezas a colocarlas. Primero los bordes, luego el relleno.

Pasa el tiempo, y cada vez dedicas más minutos de tu vida al puzzle. Ilusionada, feliz, divertida. Jugueteas con cada pieza antes de colocarla, admirando el trabajo hecho a cada paso. Poco a poco avanzas, y aunque a veces, a falta de instrucciones, es difícil, siempre consigues encontrar la pieza adecuada. Aunque a veces tardes mucho.

Pero un día, tras colocar una pieza, observas que ya no quedan casi sueltas, que las has puesto casi todas. Y, orgullosa, miras lo que llevas hecho. Y no te gusta. No te gusta nada. Los colores son estridentes, la composición caótica. Y aunque no lo has acabado sabes con certeza que el resultado final, lo que estás viendo, no te gusta. Miras por encima del hombro, no hay nadie mirándote, y con cuidado vas quitando piezas. Porque crees que si pusieras ésta más a la derecha, el resultado sería mejor. Y ésta otra en el centro. Y ésta…

Acabas el puzzle. Tú puzzle. Y lo miras orgullosa. Tratas de pasar por alto el abombamiento del centro. Las piezas mal encajadas de la derecha. Y tratas de convencerte a ti misma de que, en realidad, no es porque el puzzle no tuviera que ser así, sino porque las piezas están mal recortadas. Te alejas un poco, y cuando retiras tus manos, las que sujetaban esos trozos que sobresalían, las piezas saltan y la composición se rompe.

Te muerdes el labio y asumes que, en realidad, lo estabas haciendo bien la primera vez. Y vuelves a empezar. Recoges las piezas que has cambiado de sitio, y las colocas correctamente. Sin prisas. Intentando convencerte de que la elección de colores es audaz, que la composición es valiente. De que el resultado final será hermoso.

Pero no es así. Cuando colocas la última pieza sientes un nudo en el estómago. No es hermoso. Y no lo pondrías en el salón de tu casa. Así que miras tu obra y te preguntas qué hacer.

Podrías retirar las piezas que menos te gustan, los trozos que más te desagradan, y buscar otra bolsa con nuevas piezas. Con piezas que encajen en lo que quede del anterior puzzle. O puedes, con mucho cuidado y delicadeza, retirarlas todas, meterlas de nuevo en la bolsa y salir a comprar un nuevo puzzle

Comments»

1. Rapunzell - May 10, 2007

Puf, suena como una completa pérdida de tiempo, y como una constante cuesta arriba a partir de un punto muy temrano.

¿Seguro que es lo que piensas?

2. Tindriel - May 10, 2007

No, no existen las pérdidas de tiempo en esto. Solo el tiempo empleado (y bien empleado) en algo que, desgraciadamente, no salió como esperaba. Y lo del punto temprano… bueno, no sé de dónde has sacado la impresión (teniendo en cuenta que lo enmarco justo cuando quedan pocas piezas por poner) pero tampoco es así. Llega un momento en que descubres lo que descubres, y no es ni pronto ni tarde, es cuando es.

3. Rapunzell - May 10, 2007

Me alegro de leer eso. Me transmite una sensación más positiva que la que yo había percibico en la entrada. 🙂

4. Imperator - May 16, 2007

Yo digo que esto:

http://www.despacho101.com/press/el-commander

Para todo lo demás, Mastercard.

5. Capitan Napalm - May 24, 2007

Bueno, como diría Obi Wan: “Usa la fuerza, tus sentidos pueden engañarte”.

La fuerza te dice algo, a pesar de lo que tus sentidos traten de amortiguar el golpe.


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